EXPRESANDO BENEPLACITO Y ACOMPAÑAMIENTO A LA INICIATIVA DE LA RED INTERNACIONAL DE ORGANIZACIONES AMBIENTALISTAS BIRDLIFE DE AGREGAR UN ARTICULO A LA DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS QUE CONSAGRE UN AMBIENTE NATURAL SALUDABLE

PROYECTO DE DECLARACION

FUNDAMENTOS

HONORABLE CAMARA:

El presente Proyecto de Declaración tiene como finalidad expresar el beneplácito y acompañamiento a la iniciativa de la red internacional de organizaciones ambientalistas BirdLife, que en el marco del aniversario del Día de la Tierra, ha solicitado a las Naciones Unidas agregue un Artículo 31 a la Declaración Universal de Derechos Humanos, por medio del que se consagre el derecho universal a un ambiente natural saludable, garantizado por Políticas públicas, regidas por la sostenibilidad y por el conocimiento indígena científico y tradicional.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos surgió luego de la Segunda Guerra Mundial y trazó por primera vez los derechos humanos fundamentales que deben protegerse a nivel mundial. Sus 30 artículos cubren temas como la tortura, la esclavitud y la educación, pero nada expresa sobre la preservación del medio ambiente, del que dependen los humanos y toda la vida.

Entendemos por medio ambiente todo lo que afecta a un ser vivo y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su vida. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en desarrollo de la vida del ser humano y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida sino que además abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos. El Ambiente es el sistema global constituido por elementos naturales tales como los animales, las plantas, el agua, el aire, el suelo y artificiales de naturaleza física, química, biológica, sociocultural y de sus interrelaciones, en permanente modificación por la acción humana o natural que rige o condiciona la existencia y desarrollo de la vida misma. Algunos creen que el ambiente es únicamente la naturaleza pero no es así el hombre también forma parte. Somos un componente muy importante, que puede transformarlo más que cualquier otro ser del planeta y por ende tenemos una responsabilidad superior que el resto.

Alrededor de 60% de todas las enfermedades infecciosas en los humanos y 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir que son transmitidas por los animales. Las zoonosis que surgieron o reaparecieron recientemente son el ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS), el virus Nipah, la fiebre del Valle del Rift, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), el virus del Nilo Occidental, el virus del Zika y, ahora, el coronavirus que causa el COVID-19. Todos están vinculados a la actividad humana.

Los científicos y especialistas que trabajan en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han estado reuniendo los últimos datos científicos sobre el coronavirus. Entre sus conclusiones plantean que, los impulsores de la aparición de enfermedades zoonóticas son los cambios en el medio ambiente, usualmente como resultado de actividades humanas que provocan alteraciones en el uso del suelo, en el clima, en los animales o huéspedes humanos y en los patógenos, que siempre evolucionan para explotar nuevos huéspedes. Por ejemplo, los virus asociados con los murciélagos surgieron debido a la pérdida de sus hábitats a causa de la deforestación y la expansión agrícola. Los murciélagos juegan un papel importante en los ecosistemas al ser polinizadores nocturnos y depredadores de insectos. La integridad de los ecosistemas sustenta la salud y el desarrollo humanos, en consecuencia los cambios ambientales inducidos por el hombre modifican la estructura de la población de vida silvestre y reducen la biodiversidad, lo que resulta en nuevas condiciones ambientales que favorecen a los huéspedes, vectores y / o patógenos particulares. Es por ello que, la integridad de los ecosistemas puede ayudar a regular las enfermedades al promover la diversidad de especies para que sea más difícil que un patógeno se extienda, amplifique o domine. En este sentido la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente plantea que, «Nunca antes habían existido tantas oportunidades para que los patógenos pasen de los animales silvestres y domésticos a las personas», «Nuestra continua erosión de las áreas silvestres nos ha puesto incómodamente cerca de las especies portadoras, es decir, animales y plantas que albergan enfermedades que pueden pasarse a los humanos».

Evidentemente la naturaleza está en crisis. Está amenazada por la pérdida de biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación. Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado. Un medio ambiente adecuado se considera una condición previa para la realización de otros derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, la alimentación, la salud y un nivel de vida acorde. Toda persona debería ser capaz de vivir en un ambiente propicio para su salud y bienestar. Los Estados deben tomar medidas concretas y progresivas, individualmente y en cooperación con otros, para desarrollar, implementar y mantener marcos adecuados para habilitar todos los componentes necesarios para un ambiente saludable y sostenible, que abarque todas las partes del mundo natural. Esto incluye la regulación de las empresas en sus actividades que impliquen la explotación de recursos naturales. En este sentido vale mencionar la importancia de nuestra Ley 7722 que protege nuestro primordial recurso del agua.

Todos los seres humanos dependemos del medio ambiente en el que vivimos. Un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible es esencial para el pleno disfrute de una gran variedad de derechos humanos, entre otros, los derechos a la vida, la salud, la alimentación, el agua y el saneamiento. Sin un medio ambiente saludable, no podemos satisfacer nuestras aspiraciones ni vivir a la altura de los estándares mínimos de dignidad humana. Es por ello que celebramos la iniciativa de BirdLife, y creemos necesario apoyar este tipo de acciones.

Por los motivos expuestos, es que solicito a este H. Cuerpo, apruebe el siguiente proyecto de Declaración.

Mendoza 24 de abril de 2020-

PROYECTO DE DECLARACION
EL HONORABLE SENADO DE LA PROVINCIA DE MENDOZA
D E C L A R A:

Artículo 1º: Expresar el beneplácito y el acompañamiento de esta H. Cámara, a la iniciativa de la red internacional de organizaciones ambientalistas BirdLife, que en el marco del aniversario del Día de la Tierra, ha solicitado a las Naciones Unidas agregue un Artículo 31 a la Declaración Universal de Derechos Humanos, por medio del cual se consagre el derecho universal a un ambiente natural saludable, garantizado por Políticas públicas, regidas por la sostenibilidad y por el conocimiento indígena científico y tradicional.

Art.2º: De forma.

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