El día miércoles 26 de julio, en Mendoza, cientos de mendocinos acompañamos a los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado en nuestra provincia, a la espera por los resultados de la causa que involucraba a genocidas y cómplices del Poder Judicial.
La contundencia de la sentencia nos devolvió un poco de dignidad y esperanzas como país y sociedad.
Fue muy especial poder compartir ese momento con mi hijo Gabriel, pronto a recibirse de abogado, con quien tenemos sueños y convicciones de justicia.
Admirable el trabajo del grupo de abogados querellantes que llevaron adelante la causa.
Como canta León: «todo está guardado en la memoria».