¿Vendimia?

Los productores de vino enfrentan su peor crisis: costos que suben un 100%, precios congelados y viñedos abandonados. La apertura de importaciones beneficia a las grandes bodegas, mientras los pequeños productores no logran cubrir gastos. Sin apoyo estatal ni financiamiento, la vitivinicultura mendocina se debilita. ¿Vendimia? Es momento de informarse correctamente en EL DESTAPE y difundir la realidad de quienes sostienen esta industria. Comparte y sumemos voces para que la producción local no desaparezca. 🍷
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Vendimia sin festejo en el peor momento de los productores de vino: «Están abandonando las fincas»
El desplome del consumo de vino y la apertura de importaciones llevaron a que su precio se congele un año, cuando los costos de producción subieron un 100 por ciento.
07 de marzo, 2025 | 23.41
Por
Gino Viglianco
Gino Viglianco

Vendimia sin festejo en el peor momento de los productores de vino: «Están abandonando las fincas»
Por el temporal en Bahía Blanca, el presidente Javier Milei finalmente no viajará a la provincia de Mendoza para participar de la Vendimia que este año tendrá poco de fiesta para los productores de vino, asfixiados por la suba de los costos de producción y la parálisis del precio de la uva. En tierras mendocinas ya habían convocado a marchas contra el jefe de Estado, que abrió las importaciones en un claro beneficio para las grandes bodegas y en perjuicio de los trabajadores que ya comienza a abandonar las fincas.

«Decime vos cómo hacemos para sobrevivir si los costos de producción aumentaron un cien por ciento en un año, pero el precio que nos pagan por el vino se mantiene sin variaciones», pregunta Gaspar «Lalo» Manuel, un productor vitivinícola de la zona de San Rafael, la ciudad ubicada al sur de la provincia.

El Centro de Observación y Seguimiento de la Economía y Crisis Hídrico Agropecuaria – COSECHA muestra datos alarmantes. Luego de la asunción de Milei, hay 1.983 hectáreas cultivadas con vino menos y 150 viñedos fueron abandonadas.

En el último año, un productor de vino tuvo un aumento superior al 100% en los costos del agua para riego, del pago de cosechadores, del transporte de la uva, del gasoil que utilizan los tractores para arar, de los productos químicos para matar plagas y de las herramientas que usan para mantener las fincas. Sin embargo, un productor recibió el mismo pago por el litro de vino que el año anterior: entre 150 y 600 pesos de acuerdo al tipo de varietal de uva que procese.

«Todos los días abandonan los cultivos porque ya no hay rentabilidad, ya no tiene sentido económico. Para peor, este año cayó granizo y los productores que no pudieron cosechar no van a poder seguir, porque no van a poder aguantar un año sin ingresos con estos costos», explica Lalo, que a los 77 años produce Cabernet, Malbec y Syrah en una pequeña finca ubicada al costado del poderoso río Atuel.

Los productores de uva venden a las bodegas el cultivo que es procesado para hacer vino y reciben pagos mensuales en cuotas a lo largo del año. Las bodegas pueden embotellar o exportar el vino a granel. La apertura de las importaciones y la caída de las ventas llevó a qué haya una sobreoferta que hizo que el precio de la bebida se estanque.

Los precios de otros productor regionales como la ciruela y el durazno no han tenido variación significativa en el año. «El durazno se pagó menos que el año pasado», se queja un productor.

«Hoy no hay fiesta de la vendimia, el productor está triste»
«Los productores de uva para vino están en una situación muy mala, porque las bodegas pagan lo mismo o menos que año pasado. Los trabajadores que plantan viña tienen una inflación oculta que tienen que ver con los insumos, el combustible y los impuestos. Hoy hay un sobrestock del vino», sostiene la senadora mendocina Andrea Blandini.

El gobernador Alfredo Cornejo fue esta semana a una gira por Canadá para buscar inversores que quieran explorar el negocio minero. Las encuestas muestran que el 70 por ciento de los mendocinos no quieren el desarrollo de esta producción en la provincia.

La mayoría de los viñateros tampoco: las perforaciones necesitan agua y los residuos contaminan los ríos destruyendo el líquido elemental para la producción de la uva. Los productores no pueden competir con las empresas mineras porque el costo que pueden pagar a la provincia por el agua es ínfimo en comparación a los desembolsos que pueden entregar las multinacionales. En este contexto, el gobierno de Cornejo ya decidió. «La industria madre de Mendoza que es la vitivinicultura está siendo descuidada para imponer otra que puede llegar a dar alguna ganancia en 20 años», alerta Blandini.

«Esta vendimia es triste, no hay espiritu de fiesta. Hoy el productor siente tristeza», sostiene la senadora.

La motosierra a los viñateros llegó hace 9 años
Cómo una antesala de las políticas de abandono de la producción de Milei, el gobierno radical de Mendoza lleva casi una década de recortes a la financiación del desarrollo vitivinícola de la provincia. Un ejemplo es el abandono de las campañas antigranizo que se libraban en dos frentes: el subsidio para la compra de telas que se colocan para evitar que dañen las plantas y el ataque aéreo a las nubes para impedir que condensen el hielo.

«Cerraron organismos, echaron personal, dieron de baja leyes de protección a los productores, cerraron centros estadísticos y terminaron con los subsidios productivos. Todo eso hizo Cornejo en su gestión», enumera Bruno Ceschin, del centro Cosecha.

Será una vendimia sin fiesta. Al menos para los productores.

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